12 de mayo de 2010

EL ENCUENTRO: 6:50 EN SANSANET

Este fin de semana…ah no, que estoy de vacaciones! Han sido lunes y martes…

Empecemos por el lunes entonces…

Nos pegamos madrugón desde Zaragoza, despertador a las 4…vamos a juntarnos participantes de varios blogs: Cordée 64 , Sendero Límite y La Meteo que viene, todos dispuestos a aprender, y sobre todo a pasarlo bien en la nieve. No dejamos que la meteo cobrara protagonismo, y preferimos disfrutar de la compañía, y aprender miles de cosas, que desanimarnos por la ausencia de sol. Salimos desde Sansanet, todos observando en secreto la interacción entre Julio y Jorge, ellos encantados de conocerse, como si hubieran sido ya amigos en otra vida…qué gusto da veros! Champi se lo pasa en grande, siendo testigo de este encuentro entre personalidades del esquí de travesía aragonés.

El tiempo no mejora, pero nuestro grupo pasa de eslabones sueltos a cadena, a piña. Sin darnos cuenta avanzamos, hasta llegar a una pala de pendiente considerable. Comentamos la jugada y la vemos clara de crampones. Los expertos Julio y Carlos, echan para delante sin pensarlo. “Esto dejárnoslo a nosotros”. Abren una huella en una pala muy MUY pina, una huella que parece una trinchera, que las inexpertas como yo, no hubiéramos ni imaginado transitar. Pero lo que habéis abierto aquí es una zanja!!!!! Gracias a ellos llegamos todos al collado con los esquís puestos (todavía no me lo creo…) y vamos al pico Rueba del Bozo, con un viento horrible y muy poca visibilidad. Subiendo por esa pala, me preguntaba cómo la íbamos a bajar, y me inquietaba la idea de volver por allí…pero es que ir con Julio y Budri es como ponerte las gafas por la mañana, que lo ves todo borroso y de repente aparece la nitidez; nos da consejos claros, precisos, exactos. Ninguna acción es al azar, se anticipan a todo lo que va a llegar, y hacen fácil lo que veías imposible en tu cabeza de principiante…y así pasamos el día entre nubes, entre maestros. Llegamos a una pala convexa, y Julio y Budri nos avisan de que ahí se corta el alud. Va Budri a cortarlo, para que podamos pasar el resto sin peligro. Yo me asusto un poco, viendo cómo baja el alud lentamente, y bajo, y lo cruzo, y veo que no ocurre nada, Éstos saben lo que se hacen. Eran pequeñas coladas, pero las sensaciones son buenas, y ya somos Homo aludens! Al llegar al coche la tertulia se alarga…

No termina ahí la cosa, porque Champi y Marie Claude nos ofrecen por enésima vez su casa, nos alojan y nos cuidan, nos dan de cenar y desayunar, y nos regalan siempre unas sobremesas enriquecedoras. Nosotros les dejamos la mesa del desayuno sin recoger, ellos dejan un poso cálido en nuestros pensamientos, y el martes habitan constantemente nuestras nostalgias. “Champi estará pensando en nosotros”, pensaba yo…y es que salimos de Bujaruelo a las 7:15 en busca de unos Gabietos que no hemos encontrado ya en dos ocasiones, con un sol radiante y ni una nube alrededor. Porteo agradable y fresco, al coger nieve e inclinarse las pendientes, Budri y Julio ya nos dicen que crampones, y Sara y yo, obedientes, nos los calzamos a la primera oportunidad. Después tengo clases particulares de superalza por máxima pendiente (“eso que nunca se usa, pero yo, todos los días” J. Benedé). Me gusta…voy cómoda, me siento una esponja con sed de aprender. Salimos del barranco para cruzar a la pala que nos llevará al collado de la Forqueta. Julio ya sabe dónde nos vamos a quedar, pero quiere que veamos nosotros mismos dónde está la raya, la nuestra. Budri dibuja una huella en la nieve recién caída, inventa lo fácil y lógico, y los demás le seguimos con admiración. Qué casualidad que donde hay que dar una vuelta maría delicada, encima hay una roca donde agarrarse, y tras enseñarnos las técnicas del canario y la barandilla, podemos superar esta zeta tranquilamente (y seguros por la trinchera que se han currado, claro). Llegamos al collado, y Julio sonríe, sabiendo exactamente, el punto donde habrá que dar media vuelta, pero no lo dice, nos hace llegar hasta el mismo punto, verlo, y ahora sí, volver.

“No me jodas que yo de aquí no me voy sin hacer un pico”: empieza Sendero Límite, fin de la Meteo que viene…

Vamos hacia el pico del Puerto, yo pregunto si vamos por esas antenas, señalando unas torres eléctricas, y sabiendo que busco una palabra diferente de la que sale por mi boca. Julio y Budri me dan agua en varias ocasiones, Jorge también, y es que “hay que hidratarse, pero no llevar agua” (ni echarle morro como yo, que por no llevar no llevaba ni botella!!!). Aumenta la nubosidad, el viento se acelera. Por un terreno mixto nos quitamos los esquís, y ya donde suaviza la pendiente, veo a Julio calzarse esquís, pero me dice que siga por donde voy: está preparando la huella para la bajada, que previsión!!! El mal tiempo nos viene persiguiendo, pero la línea no está ahí, y podemos hacer cima, y podemos bajar con visibilidad aceptable. La Meteo que viene: 0, Sendero Límite: 1. Bajamos sin prisa, y en la pradera hacemos una “escampá” y merendola, y nos enseñamos la cacharrería de nuestras mochilas…cuánto por aprender.

Hemos hecho un desnivel de 1.800 m y no nos hemos dado ni cuenta!

En Bujaruelo hacemos sobremesa y tertulia, nadie tiene prisa, no nos queremos separar…pero ya hacemos planes para los próximos días…las vacaciones continúan!

Y como resumen de todo esto, agradecimientos mayúsculos a todos: a Jorge por organizar, a Champi y Marie Claude por estar y por acoger, a Julio y a Budri por las huellas imposibles, las lecciones, los consejos…no aprendemos a esquiar, aprendemos a ser, y a estar. Moltes gràcies xiquets!!!!!!! Todavía es miércoles, pero ya siento que las vacaciones han valido la pena…

9 de mayo de 2010

EL CLAVO: MALLARUEGO

En el trayecto no se habla de otra cosa: Alpes. Un viaje con el que he soñado tanto, tantísimo, que no me acostumbro a aceptar que no voy, a resignarme. Ayer empezaron las vacaciones destinadas a ese viaje. Sin embargo, el Pirineo, que aunque se enfade conmigo por la desilusión que nos supone ambos, va a ser el clavo que saque al otro clavo. Y de momento, las vacaciones, ya han merecido la pena, y eso que acaban de empezar!!!!

Viernes por la noche cena en “Can Champi” en Biescas (Mil gracias, Champi!!!). La conversación animada fluye con la ayuda de la cena que teníamos ya preparada, y el vino con el que la acompañamos. Nos miramos, hablamos, y escuchamos curiosos, las historias de un pueblo que, por pequeño que sea, tiene mucho que decir…tengo falta de sueño, pero se está tan bien entre amigos…Edesio, que viene de Madrid, nos mira con ilusión, y nos dice que el viaje ya ha valido la pena, pase lo que pase al día siguiente. Afuera llueve, pero a nadie le preocupa.

Madrugamos con la ilusión de un día de monte, aunque a alguno le cuesta un poco ponerse en marcha. El desayuno que Champi prepara nos despeja a todos, y se nos ocurre asomarnos por la ventana para ver qué día hace…pero si está nublado!!! Un poco desconfiados, miramos de reojo a Jorge, pero salimos con decisión a la pista de la Ripera. La pista está en muy mal estado, y al Meriva le entra miedo. Llueve. Llegados al punto de inicio dudamos un instante, pero la fe ciega de Edesio en las previsiones de Jorge, la ilusión infinita del propio Jorge, y las ganas de monte del resto, nos hacen ponernos botas y mochila y empezar el porteo bajo un cielo amenazante, cargado de humedad. Vamos de paseo, animados, hablando, mirando constantemente al cielo que no mejora de aspecto, y metiéndonos con el pobre Jorge que nos había anunciado un día despejado. Pero, qué más nos da! Vamos muy a gusto, tanto, que convencemos al mismo cielo y nos regala un buen rato de sol. Adiós prendas de abrigo, nos ponemos gafas de sol, crema…y seguimos. Mucha cera en las pieles de foca, que amenazan con llevarse quilos de nieve puesta.

El paisaje es impresionante, estamos solos, el único indicio de presencia son huellas de dos personas y un perro. Nieve recién caída del día anterior. Todos somos conscientes de que no podemos pedir más. Ya es mucho más de lo que habíamos esperado. Y estamos tan sorprendidos de la mejoría del día que apenas son darnos cuenta, tenemos el Mallaruego enfrente. Ay, qué bonito es! ¿Por dónde vamos? Comentamos la jugada unos minutos, y decidimos acceder por una arista que nos llama, esbelta, blanquita…vamos vamos! Y el día despeja, y una ventana de buen tiempo nos acompaña.

Champi abre la huella de las mil zetas, por una nieve que no se tenía, recién caída y suelta. Voy detrás de Edesio que no deja de sonreír, y a Álex se le ve de paseo, de sobrado que va (tenemos un Madelman en el grupo…). Jorge tan pronto está allá lejos haciendo fotos del dibujo anguloso que traza Champi en la nieve, como está a pocos metros pidiendo que sonría para la foto…Y así llegamos a la arista, donde ponemos crampones y accedemos a cima. SOMMET!!!!

La bajada fácil por una nieve increíble, virgen, en el mes de mayo…todo un regalo de día, si no fuera porque a Álex se le cayó el piolet en algún punto de la bajada, creemos que en una de las primeras palas, así que si da la casualidad de que alguien va a perderse por los alrededores del Mallaruego, lee esto (que ya sería mucha casualidad) y se lo encuentra, pues por favor que nos diga algo, que ese piolet tiene tiene un valor no material muy alto para su dueño…

LO MALO ES QUE HAY MUCHOS PARAÍSOS PERDIDOS Y MUCHO DONDE ESCOGER. MI PARAÍSO, POR AHORA, ES EL CAMINO (Javier Reverte)