11 de agosto de 2010

VIGNEMALEANDO...


Escribo, crónica tras crónica sobre la importancia de los compañeros, que lo de menos es lo que haces, y tal y cual; pero, este fin de semana, mis compañeros eran la espuma de la cerveza, porque el Pirineo, el Valle del Ara, el macizo del Vignemale, esa cresta caprichosa....me dejaron tan ebria, tan drogada, que no sabía muy bien qué pasaba, ni siquiera tenía mucha conciencia de mi misma. Nos movíamos por la roca como jugando, alguno danzando, pero todos absortos en un paisaje con el que soñamos tantas noches, yo por lo menos. Esta noche he esquiado por el Valle de Tena, sin ir más lejos...Algo, o mucho, tiene esta actividad que la hace grandiosa. Su mucho desnivel (más de 2000m), su mucho valle, mucha roca, poco glaciar, mucho recorrer. Una mezcla de todo lo bueno del Pirineo, con un día excepcional. Sin duda, la mejor actividad Pirenaica desde el Aneto de junio, por Cregüeña y Estasen.
Salimos de Bujaruelo con guantes y todo, por la pista que lleva a la Cabaña de Cerbillona. Luego, siguiendo el GR11, nos vamos adentrando en el valle, y nuestro objetivo se ve, allí a lo lejos. No hay prisa, tenemos todo el día, toda la luz por delante, y queremos aprovechar todas las horas. La subida es exigente, y para mi supone algo especial trepar la Moscova, tan nombrada, tan oída. Al salir, ya apenas queda nada al collado, y de repente tenemos ante nosotros la grandiosidad del glaciar del Vignemale. Buf! Como diría Donato, qué demasié. Nos quedamos un rato mirando y admirando todo lo que nos rodea. Yo estoy tan contenta que hasta se me ha hecho corta la subida (pero dónde se han quedado los 1.800m de desnivel?) y lo que nos queda es lo mejor! La cresta...a por ella! El viento nos refresca, pero no llega a hacerse desagradable. Avanzamos, y empiezan los tresmiles. Obvio, por segunda vez, el Pitón Carré, no sé por qué teniéndolo tan cerca, no lo subo. Quizás lo quiera como excusa para volver en cualquier momento...
Y a partir de ahí, la roca lo es todo, en las manos, en los pies, en todas direcciones, todo se llena de roca de la buena, de risas y equilibrio, de miles de fotos hechas y por hacer.
Pero se acaba, se acaba muy pronto...aunque en el refugio, ya con los amigos de protagonistas, seguimos disfrutando, y el domingo el paseo de vuelta nos llena de verde, por fuera y por dentro.
Me quedo sin palabras.

2 de agosto de 2010

GEORGIA III: SE PUEDE SALTAR PERO NO BRINCAR


CAMPO BASE DEL TETNULDI, 24 DE JULIO DE 2010
Todo lo que hemos conseguido hoy, tras una noche de tormentazo, y luego viento y mucho frío, es levantarnos a las 4, destemplados todavía del día anterior, con toda la ropa mojada, y fría. El día era el mejor que hemos tenido allí arriba, desde luego. Con nubes, con niebla, amenaza de lluvia, pero no sé si es que ya nos hemos acostumbrado o que ya es sábado y quemábamos el último cartucho para la cumbre.
La cocina de gasolina no ha querido funcionar para preparar los desayunos energéticos y calentitos, así que hemos echado mano de los termos de té que preparamos anoche. Alguno se ha quedado sin té, pero no se ha quejado, no ha reclamado su parte. Discreto y generoso ha rellenado su taza con agua, sin un comentario, sin una mala cara. Y el muësli con agua debe estar bastante malo…Ya no tenemos existencias, último día de CI.
El desayuno que no nos ha permitido entrar en calor, el destemple del día anterior, la escasa aclimatación que hemos hecho (a parte de dormir varias noches a 3.500 m) y una pésima hidratación, no nos proporcionaban las mejores condiciones para atacar la cumbre. Pero las condiciones y la resignación de casi todos, han sido eclipsadas por la fuerza y el ánimo de Enrique, que ha sido capaz de tirar de seis personas para intentarlo, y de contagiarnos las ganas a todos. Me viene a la cabeza una letra de Pearl Jam “We were but stones, and your light made us stars” Yo observaba la actitud de cada uno, y me maravillaba del poder del optimismo…bien, bien!
Hemos empezado a subir a un ritmo bastante bueno, pasando las ya conocidas grietas, con la tranquilidad que da tener la huella del día anterior, hasta llegar a la rampa donde nos quedamos ayer. Esa rampa lleva al hombro, donde hay posibilidad de instalar un CII si se pretende hacer cumbre en dos etapas, quedando 500 m de desnivel para la cumbre. Allí dormirán esta noche nuestros compañeros de monte, los estonios. Está cubierto ahora, no deben ver nada, y allí andarán fundiendo nieve para la cena…
En la rampa va Enrique abriendo huella sobre una nieve profunda y húmeda, lo que la hace más pesada de lo normal. Si hubiera hecho sol algún día, y frío por la noche, ahora tendríamos nieve dura y cómoda para avanzar, y no esta nieve pastosa y poco cohesionada. César ha cogido el relevo, y Jordi al pasar, asado de calor, estaba poco motivado. Subía la otra cordada por delante, y yo me notaba lenta. Ya veríamos qué hacíamos al llegar al hombro, yo le iba dando vueltas a la cabeza mientras tanto. El cielo se oscurecía por momentos, no daba ningún ánimo. Al llegar y ver la arista, con esta nieve asquerosa, granulada, he sopesado mi situación, y por muchas razones, no debía subir. Con ese tiempo había que subir ligeros, y no quería retrasar al grupo. Con esta nieve por una arista, ya no me la juego yo, hago que se la jueguen mis compañeros de cordada, y esa idea no me gusta un pelo. Voy bien de fuerzas, pero el camino hasta abajo, la vuelta por el glaciar, desmontar el CI y bajar al CB cargados como mulas requieren unas fuerzas extra que hay que conservar, porque las necesitaré. ¿Qué consigo dejándome todas las fuerzas en subir, si luego me juego el tipo saltando una grieta o sintiendo como me tiemblan las piernas al bajar por la canal hacia el CB? De poco voy a servir al grupo si bajo sin fuerzas, poco voy a poder hacer por algún compañero si pasa algo…nada, yo no tiro. Si vais todos os espero aquí, y si alguien se baja me bajo con él. Ahí, en ese hombro, estaba mi raya. La he visto claramente. Jordi y Fran también lo han visto claro, cada uno por sus razones. Nos hemos reagrupado en dos nuevas cordadas y hemos esperado a que todos estuvieran decididos por una u otra dirección. Enrique tenía claro que subía, hoy ha sido ejemplo de voluntad y obstinación. César no parecía demasiado convencido, pero en cuanto ha visto que alguien tenía intención de subir, él lo intentaba también. Jorge también estaba por subir, y David se ha animado a última hora también.
Allí los hemos dejado, echando la vista atrás de vez en cuando, mientras bajábamos por el glaciar. Por fin, desmontamos el CI y cargamos todo lo que podemos en las mochilas para dejar las menos cosas posibles a los que bajen de cumbre, mucho más cansados que nosotros. Ya bajábamos cuando hemos visto aparecer a alguien del montículo: son ellos!!!! No era posible que bajaran tan pronto. Dábamos por hecho que habían hecho cumbre y habían bajado casi corriendo. Pero al ver la cara de derrota del líder, Jorge, nos hemos dado cuenta de que no era así, algo había pasado.
Subir el espolón que llevaba a la arista de cumbre era ya una pesada rampa de nieve húmeda, por encima de la rodilla, sin ninguna huella que seguir, pero liego venía la desconocida arista. Desde el lado del glaciar veíamos cornisas enormes, pero ¿qué habría al otro lado? Pues lo que se encontraron fue una nieve granulada sin ninguna cohesión, se hundían hasta la cintura, y dar un solo paso se hacía una tarea complicada. Se podían haber despeñado, con un patio de 1500 m debajo de ellos, y encordados como iban los cuatro. César les ha dicho: “Nos la estamos jugando” Enrique le ha mirado y ha dicho “Pues nos bajamos”. Yo les he dicho “Bueno, habéis visto la raya y os habéis dado la vuelta” Pero me ha sorprendido la respuesta “Nos la hemos pasado” Sólo he sido capaz de decir “Pues muy mal”
Hemos llegado a las hierbas del Campo Base, y hemos montado las tiendas, y no hemos lavado, después de tantos días. Nos hemos puesto a comentar las jugadas entre la laxitud del valle, los colores y el sonido de los arroyos. Observamos la niebla estancada, como cada día sobre nuestro Campo I. Se aleja de nosotros y la llamada a comer me saca de mis pensamientos. Mañana vienen a buscarnos los caballos, para bajar a Adishi, y de allí, en furgoneta, a Mestia. Y ya ha llegado la vida fácil, el turismo, el calor y el buen tiempo. Me ha encantado esta experiencia montañil, hostil, exigente pero muy enriquecedora. Una prueba más mental que física, de la que salgo con la sonrisa puesta. Hoy me conozco un poco más. Hoy dormiré mejor.

GEORGIA II: EL DÍA DE LA MARMOTA


CAMPO I DEL TETNULDI, 21 DE JULIO DE 2010
Nos está cayendo la gran granizada. A ratos llueve, a ratos graniza. Pero nos ha dado tiempo, milagrosamente, de montar el campo de altura.
Hemos estado remoloneando en el CB hasta que por fin hemos decidido recoger las cosas, y tirar para arriba. Hemos subido muy cargados, como mulas, ya con tiendas y todo lo necesario para no hacer un segundo porteo. Nada más llegar hemos buscado unos huecos decentes para las 4 tiendas. Había que acondicionar los sitios porque había mucha piedra. Enrique y yo hemos montado nuestra tienda muy cerca del collado. Al lado tenemos a César y Antonio. Un poco más arriba, en lo que llamamos “Villa arriba” están, por un lado los biólogos, Fran y David, y por otro los Jorges. Está cayendo la del pulpo ahora mismo, pero aquí dentro, entre las plumas del saco se está tan bien…
Yo tenía tanto mono de viaje, de monte, de salir, de descansar de la vida cotidiana frenética, que todo me parece bien; y hagamos cumbre o no, conocer a estas siete personas y este país perdido, ni siquiera olvidado, sino más bien desconocido, hace que valga la pena cada momento. También me gustan estos ratos de tienda, en los que no puedes hacer más que, tumbarte, leer o escribir, según lo que tengas a mano, escuchar música, pesar…
Hoy ya no haremos mucho más. Mañana, si sale decente, o bien aclimataremos y bajaremos a dormir aquí, o no nos moveremos de la tienda si hace muy malo. No creo que intentemos cumbre. El viernes en teoría mejora, y ése sería el día de intento a cima.
21:00. otra vez en la tienda, ya para dormir, aunque la tarde ha sido entretenida. Hemos hecho un comida-merienda-cena tras la tormenta, porque al fin ha parado de llover a meda tarde. En cuanto ha prado, hemos salido todos a hacer pis, y viendo que mejoraba nos hemos quedado fuera. Hemos recogido la comida que se había quedado en un depósito más abajo, y Enrique ha ido a por agua. Se tarda un buen rato en coger agua y volver a subir. César ha tomado posición en la cocinilla de gasolina, y yo viéndome inútil allí, he yodo a Villa Arriba a recolocar el suelo de la tienda de Jordi, que como montaron tan deprisa no lo habían podido acondicionar. Se les ha roto la tienda con una piedra, una raja curiosa, encima en el sobretecho…menos mal que tenemos cinta americana cerca.
De momento somos optimistas, y mañana nos levantaremos temprano, con intención de calzarnos las bototas y tirar hacia el glaciar.

CAMPO I DEL TETNULDI, 22 DE JULIO DE 2010
Bueno, pues ha estado toda la noche lloviendo aquí, nevando arriba.
Ha parado un momentín esta mañana. Enrique y yo nos hemos levantado a hacer pis fundamentalmente, y ya que somos los que tenemos la cocina más cerca, nos hemos puesto a preparar el desayuno. Hemos preparado agua en termos, Meritenes y muësli, para subir a Villa Arriba. Se ha puesto a llover otra vez. Se ha ido animando, poco a poco. Para ciando hemos vuelto a la tienda estábamos empapados. Ahora llueve un montón. Lo malo es que el cielo está muy cerrado, y no hay nada de viento, quizás no deje de llover en todo el día. Aquí estaremos metiditos en la tienda, leyendo, escribiendo, escuchando música…
Creo que la cima se aleja de nosotros por momentos. Todo lo que aquí llueve, arriba lo nieva. Esta mañana ha caído un alud, muy lejos de nosotros. Se ven unos glaciares tremendos. Me siento insignificante entre estas montañas gigantescas. Están a otra escala. Si miro a los Pirineos con mucho cariño, y respeto, a los Alpes con mucha admiración y mucho respeto; al Cáucaso sólo se le puede mirar con respeto mayúsculo y un poco de miedo, y ni siquiera a los ojos.
NOCHE: Nos vamos a dormir con la idea de hacer cumbre mañana. Ya veremos. Jorge nos manda partes del tiempo con cada cambio, pero el tiempo es muy variable, y no hay forma de predecir, me parece. Aunque mejore el tiempo en el valle, el pico está todo el día cubierto. Ojalá tengamos suerte mañana, y lo consigamos. Tenemos bastantes esperanzas, pero a ver cómo le da por saludar al cielo a las 3 de la mañana. Tengo ganas ya de despertar y ver el cielo despejado, o tan malo que no nos provoque dudas…

CAMPO I DEL TETNULDI, 23 DE JULIO DE 2010
Viernes, y sigue lloviendo…Han sonado los despertadores a las 3, y estaba medio nublado. Hemos decidido esperar 1 hora a ver cómo evolucionaba, pero no ha hecho falta, al momento estaba lloviendo, para variar.
Hemos dormido hasta las 7, a ratos, soñando muchísimas cosas. En cuanto ha dejado de llover hemos acudido todos a la cocina. En cuanto no llueve salimos de las tiendas inmediatamente, después de pasar casi todo el día en ellas. Hemos quedado en volver a salir a la hora de comer (si no llueve, claro) y hacer otra reunión familiar y parece que esta tarde, si a las 5 ó 6 no mejora, no iremos para abajo, no sé si esta misma tarde, o mañana por la mañana.
Oigo a los hermanos Arias (César y Antonio) en la tienda de al lado, charlar tranquilamente.
16:34 Vuelve a llover, pero hemos conseguido abrir un poco de huella. Hemos visto que el tiempo no era malo del todo y nos hemos empezado a poner polainas y crampones. En cuanto vemos una ventanita de buen tiempo nos animamos de una forma…Pues hemos salido 6 de los 8 en busca del glaciar, y de repente: una cordada de 4 personas!!!! Se acercan y vienen a hablar con nosotros. Están igual de sorprendidos de ver gente por allí que nosotros. Son estonios, y han montado su CI por allí cerca, a unos tres cuartos de hora del nuestro. Quieren montar al día siguiente un CII antes del hombro. Es una estrategia diferente de la nuestra, pero ellos tienen más días. Nos quedaban unos 300 m al hombro, pero volvía el mal tiempo y nos hemos bajado. Han empezado a forjarse planes para mañana, ya que la salida de hoy nos ha animado mucho. No sé qué tiempo hará mañana, porque no parece que ningún día sea mejor que el anterior, pero con el gusanillo de haber descifrado el laberinto del glaciar, que era lo que tenía pinta más dantesca.
NOCHE: Última noche en el CI. Todo está ya húmedo y frío. Estamos un poco al límite de fuerzas. La comida, pasta y arroces de sobre, noodles y sopas, tés…no nos dan todas las energías que necesitamos.
Hoy, tras bajar de la pequeña salida por el glaciar, ha empezado a llover y nos hemos metido enseguida en la tienda. Hemos llegado tan destemplados que hemos dormido con la chaqueta de plumas puesta, dentro del saco de plumas, y tengo las manos frías desde que hemos vuelto del paseo por el glaciar. Es un espectáculo dantesco ese glaciar agrietado y sucio por el que hemos danzado.
Y seguimos haciéndonos ilusiones sobre el día de mañana: termos preparados con té, despertador a las 4…todo listo, pero lo cierto es que nada nos hace pensar que el día de mañana será mejor que el de hoy. Todos miramos hacia abajo, pero conservamos la ilusión por una cima que llevamos días contemplando.
NOCHE: Última noche en el CI, noche de frío, de humedad, de incertidumbre, y también de ilusión por este monte que no se deja. Veremos mañana qué ocurre…

GEORGIA I: MESTIA MESTIA!!!


MESTIA, 19 DE JULIO DE 2010.
Ya lo tenemos todo listo para subir mañana hacia el campo base del Tetnuldi. Hoy nos hemos levantado bastante tarde, sobre las 8 y media. Hemos estado un buen rato desayunando, y planificando el día de trekking, cuando nuestro cocinero nos ha dicho que teníamos visita al museo etnográfico y a una de las torres, que tenían túneles subterráneos que comunicaban con otras torres y con fuentes para coger agua. Les servían de fortalezas para los ataques. Son preciosas, pero reflejan la severidad de las tierras. Ha hecho un buen día hasta el mediodía, y luego a llover…pero bueno, después de ver la casa tradicional de aquí, que en invierno vivían animales y personas en la misma estancia, puede uno imaginarse el frío que pasarán para tener que aprovechar el calor que desprenden los animales para poder dormir en tablas sobre ellos. La mujer que enseñaba la casa despendía energía y vitalidad en todo lo que hacía o decía. Hablaba con toda su ilusión, en ruso. Y nuestro cocinero Merhab no nos traducía ni una décima parte. Qué contraste de sensaciones, todo lo que ella transmitía, en un idioma desconocido, y lo poco que aportaba el otro, en el tan socorrido inglés. Qué pena no saber más idiomas.
Me llena de curiosidad esta etapa de viaje que empieza mañana: ¿Pasaré frío?¿Podré con la mochila?¿Aclimataré bien?¿Estaré a la altura? Supongo que todo irá saliendo, ya veremos…
No sabemos aún si habrá que montar un campamento de altura o no; creemos que no, pero todo es muy incierto. Tenemos un croquis hecho a mano, que el hombre de la casa donde nos alojamos, nos ha dibujado y explicado con todo detalle en Georgiano, pero claro, en el proceso de traducción se ha perdido el 80% de la información oral.
Bueno, mañana empieza la aventura…

CAMPO BASE DEL TETNULDI, 20 DE JULIO DE 2010
Aquí estamos Enrique y yo, calentitos en la tienda; él leyendo, yo contando batallitas. Pero el día empezó hace muchas horas….
Nos hemos levantado a las 5:16, desayunado y recogido las cosas. Nos esperaba ya una furgoneta en la puerta de casa, para llevarnos hasta donde empezaba el trekking hasta el CB. A partir de ahí a repartir las cosas de peso en varias mochilas que llevarían los caballos, dejando las mochilas que llevábamos nosotros, bastante ligeras.
Con nuestro cocinero todo son malentendidos, o bueno, que no nos quiere dejar hacer las cosas como querríamos.
Los caballos nos han dejado mucho más lejos del CB de lo esperado. Debíamos subir una canal con nieve y piedra, descompuesta, con todos los cacharros, a 3500 m. Hemos decidido montar el CB a 3000 en un prado con agua al lado, donde estamos acampados ahora, y mañana montar un Campo I lo más altos posible, donde aún haya algo de agua cerca, para no andar fundiendo nieve. La otra posibilidad, la de montar el CB a 3500, que es donde en teoría estaba, nos obligaba a hacer hoy varios porteos con mucho peso, y sin haber aclimatado todavía.